Laberinto de grutas

Las Cuevas de San José encierran el río navegable más largo de Europa y unos techos llenos de estalactitas.
Las Cuevas de San José son uno de esos tesoros ocultos que la Comunitat esconde entre sus municipios y que, debido a su belleza, resulta casi imposible no visitarlo.
Se podría decir que son una auténtica una joya natural que encierra, entre sus techos decorados con estalactitas, el río navegable más largo de Europa: En total, dos kilómetros navegables en barca y 255 metros que se tienen que transitar a pie por una galería seca.
Una serie de barcas harán posible la visita, a través de un tranquilo paseo en el que lo único que se escucha es el murmullo del agua y el eco de las explicaciones del guía.
Las cavidades de la cueva son conocidas desde la época del Paleolítico Superior, es decir, desde hace unos 17.000 años. De hecho, en la boca de acceso a la misma hay unos yacimientos arqueológicos. En la entrada, y muy deterioradas por el paso del tiempo, se pueden apreciar, incluso, pinturas rupestres del periodo Magdaleniense.
Una vez que las barcas se adentran a lo más profundo de la gruta, llama la atención el recorrido, estructurado por salas.
La primera de ellas, la sala de los Murciélagos (Lago de Diana). Se trata de una de las más grandes de la visita, y debe este nombre a la gran cantidad de murciélagos que en la antigüedad se instalaban entre sus paredes.
De ella destacan las formas esculpidas de sus paredes por la fuerza del agua y el lago de Diana, de 5 metros de profundidad.
La siguiente galería del recorrido, la de los Sifones. Es el túnel artificial más largo del recorrido; tiene 60 metros de longitud.
A continuación, y desde una zona seca, se podrá visitar una galería que cuenta con unas curiosas formaciones imitando a una cascada. Es La Cascada de la Flor, una de las zonas «más bellas», según aseguran desde su web, de todo el recorrido.
Por último, La Catedral, llamada así por la altura de su bóveda, unos 12 metros. De esa zona llaman la atención las numerosas estalactitas que cuelgan de su techo. Formas y luces juegan un papel importante en esta sala, donde destaca una formación, 'la medusa'.
No costará identificarla. Su forma y los caprichos de la Naturaleza han hecho de ella una de las zonas más curiosas del recorrido.
La visita tiene una duración de unos 40 minutos aproximadamente, y durante todo el recorrido, la gruta contará con una temperatura constante de 20 grados centígrados.
La Vall d'Uixó
Las Cuevas de San José constituyen uno de los atractivos de la Vall d'Uixó, municipio castellonense en el que se encuentran. Pero, además de ellas, la localidad encierra un extenso patrimonio monumental en cada una de sus calles.
De este municipio, por ejemplo, se puede destacar su castillo. Ubicado en Tossal de la Noguera y cercano a la población, fue construido en el siglo X por los árabes. Aunque se encuentra en estado ruinoso, el visitante aún puede apreciar perfectamente la estructura de su muralla.
La fortaleza constaba de dos recintos diferenciados, en el primero de los cuales, la albaraca, se distingue el amplio espacio destinado al patio de armas. En la parte superior, la que correspondería a la alcazaba, se conservan las bases de algunas torres, restos de aljibes y estructuras de las antiguas dependencias.
También se puede visitar la torre de Benihazat, en la parte antigua de la población. Es uno de los escasos restos de las antiguas murallas que defendían la villa.
Sus acueductos, el de San José y el de l'Alcudia pondrán el punto y final a este viaje a Castellón.
DE INTERÉS
Dónde. En la Vall d'Uixó, Castellón.
Horarios. En el mes de julio, las visitas serán de 11 a 13.15 y de 15.30 a 18.30 h.
Precio. Adultos, 9.50 euros; Jubilados, 6 euros, y niños de 4 a 13 años, 4.50 euros.
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El recorrido se realiza en barca, aunque hay zonas para visitar a pie.
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