Couch Surfing, el surf del sofá, es un proyecto que nace con la idea de transformar el concepto actual de viajar. El dinero, los hoteles y los guías turísticos desaparecen del panorama, y en su lugar, la hospitalidad, la aventura y el conocimiento profundo de las ciudades aparecen en escena. “Couchsurfing busca conectar personas y lugares a nivel internacional, crear intercambios educativos, potenciar la tolerancia, y facilitar el entendimiento cultural”, explica Casey Fenton, alma máter del proyecto.

A veces es difícil viajar con poco dinero. Hay quienes cogen una mochila y se embarcan sin rumbo por el mero placer de hacerlo. Pero llega el momento en el que hay que poner los pies en la tierra y darse cuenta de que todo viajero necesita comer y dormir. Eso le ocurrió a Fenton cuando consiguió un billete para Islandia por pocos dólares. Además, no quería convertirse en un turista de esos que combinan calcetines con sandalias. Envió un correo electrónico a 1.500 estudiantes islandeses solicitando un sofá para descansar. La sorpresa llegó cuando muchos de ellos contestaron de manera positiva a su petición. Su viaje se convirtió así en una aventura, cuando se dejó guiar por los propios ciudadanos del país. Consiguió alojamiento gratuito y descubrió una ciudad que pocos turistas llegan a conocer. “Couch Surfing no compite con el turismo tradicional. No son comparables” explica Birgit, voluntaria del Equipo de Comunicación del proyecto, “el proyecto permite que se conozcan personas de distintas edades, distintas clases sociales, distintas nacionalidades. Esto proporciona una conciencia intercultural profunda”.

Couch Surfing funciona como una red social. Una vez registrado y a través de una sencilla búsqueda, podemos encontrar a miles de personas dispuestas a alojarnos en sus hogares a lo largo y ancho de todo el mundo. Son los que se denominan ‘anfitriones’. Los anfitriones son avalados por otros anfitriones, así que siempre se tiene la seguridad de que son personas de confianza las que van a abrirte las puertas de su casa. Existen tres niveles de anfitriones: ‘verificado’, ‘avalado’ y ‘embajador’. En el verificado, desde Couch Surfing han comprobado que los datos personales son correctos. En el avalado, otros miembros han avalado al anfitrión a través de una experiencia conjunta. El embajador es una persona que ha entrado en el equipo de Couch Surfing y realiza labores de expansión del proyecto. En nuestra búsqueda, además, podemos especificar si queremos pasar varios días en casa de algún anfitrión, si sólo queremos echarnos un rato a descansar en su sofá o si lo que nos apetece es tomar una copa con él a media tarde.

Cada anfitrión tiene su propia ficha de presentación con toda la información acerca de él mismo, de su ubicación, de sus gustos y hobbies y, lo más importante, opiniones de los huéspedes que ha alojado con anterioridad. Sólo nos queda ponernos en contacto con él y confirmar nuestra llegada. Totalmente gratuito, el alojamiento se paga con la buena voluntad, es decir, colaborando con las tareas domésticas o invitando al anfitrión en alguna de las salidas por la ciudad. Iremos de la mano de los propios ciudadanos, evitaremos las trampas turísticas y se nos revelará una ciudad completamente desconocida. “El viaje será tan emocionante como tú lo quieras hacer”, puntualiza Birgit.

Couch Surfing es una web participativa, es decir, una web que se mantiene con vida gracias a las aportaciones de usuarios y voluntarios. No cobra por el servicio. No es una agencia de viajes. El espíritu de Couch Surfing lo conforman los propios usuarios, los verdaderos creadores de Couch Surfing y quienes, tras una caída del servidor en 2006 en la que se perdieron todos los datos de su base -lo que provocó el inminente cierre de la página- fueron los propios usuarios los que lucharon por que Couch Surfing resucitase, introduciendo de nuevo todos sus datos. Según Fenton, “la base de datos había muerto, pero la comunidad seguía viva”.

Las estadísticas impresionan. Existen más de 600.000 ’surferos’ que han vivido más de un millón de experiencias positivas a través de Couch Surfing y 231 países han sido destinos de esta peculiar forma de viajar. En España, Andalucía es uno de los lugares más ’surfeados’. Entrar en la red de Couch Surfing es entrar en una red de hospitalidad internacional que recupera el valor ancestral de abrirle las puertas a los viajeros del camino.



¿Cuál es la misión de Couch Surfing?
Couch Surfing busca establecer una red internacional de personal y lugares, establecer intercambios educacionales, fomentar la conciencia colectiva, la tolerancia, y facilitar el entendimiento cultural.

¿Cómo funciona?
Una vez que te registras y rellenas tu perfil, cuando decides hacer un viaje puedes buscar en Couch Surfing otros miembros que vivan en las cercanías (unos 20 km) de los lugares que vas a visitar.

Tras contactarles y explicarles tu viaje, ellos te aconsejaran los mejores sitios para visitar, y te ofrecerán alojamiento gratuito.

Te irán a recoger al aeropuerto y te alojarán en su casa. A cambio debes integrarte en la vida y el entorno, la comunidad, de tu anfitrión. Es decir, ayudar en las tareas domésticas, hacer la cena, lo que sea.

En la siguiente ciudad, lo mismo. Y así hasta que te canses de viajar.

¿Es seguro?
Afirman que si, es seguro, ya que se utiliza un sistema de verificación que funciona bastante bien.

¿Hay que ofrecer alojamiento a otros Couch Surfings?
No es necesario. Puedes elegir a quien quieres alojar y a quien no, o simplemente rechazar todas las peticiones.


Eso basicamente. Además es gratis y la web está en varios idiomas, entre ellos el español. Si eres un fanático de las relaciones interpersonales, o si quieres viajar ahorrándote un montón de dinero en alojamiento, no dejes de visitarlo.

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